A pesar de los esfuerzos para contener la violencia, aproximadamente 300 elementos de Orozco ingresaron por diversos puntos, incluyendo el cerro de La Soledad y las calles del sur, sumiendo a León en el caos y la destrucción. 

Batallas

En 1914, Francisco Villa tomó la ciudad, convirtiéndola en la capital del estado. Sin embargo, su dominio fue efímero, ya que perdió la mal llamada “batalla de La Trinidad” en junio de 1915. León continuó siendo un escenario clave en la lucha revolucionaria entre villistas y carrancistas, destacando las batallas confundidas con las de Celaya. Estos enfrentamientos resultaron en la victoria del Ejército Constitucionalista.

Así, las Batallas de León no sólo marcaron el fin del villismo en la región, sino que también contribuyeron al establecimiento de la nueva Constitución Mexicana, consolidando los cambios sociales y políticos surgidos de la Revolución.

Afectaciones

La Revolución Mexicana y el Orozcazo dejaron profundas huellas en la ciudad de León, marcando un periodo de transformación política, social y económica. La caída del porfirismo durante la Revolución generó cambios significativos en la estructura gubernamental y las relaciones sociales a nivel local. La participación activa de la clase trabajadora en la lucha por los derechos laborales influyó en las condiciones de trabajo y en la percepción de los trabajadores en la ciudad.

Los impactos económicos fueron notorios, especialmente durante el Orozcazo, donde la destrucción de comercios y la interrupción de actividades afectaron la prosperidad económica de León. A nivel político, la presencia de diferentes facciones revolucionarias y los cambios en el poder político a nivel nacional reconfiguraron la escena política local, permitiendo el surgimiento de nuevos líderes y figuras políticas.