Guadalupe Posada en León

Entre los más famosos grabados de José Guadalupe Posada destaca la Catrina y las ilustraciones de criminales mexicanos como el Robachicos o el Chalequero, quien fue el primer asesino serial de este país.

 

Lo que no todos saben es que vivió por 16 años en León junto con su familia, dónde estableció su taller en una finca en la actual calle de Gante. Ingresó al taller de Trinidad Pedroza como aprendiz, y en 1872 fue cuando Posada decidió instalarse en León.

 

Aguascalientes, León y la Ciudad de México son los lugares dónde Posada forjó su legado con el registro en litografías de la historia moderna de nuestro país. El trabajo que realizó dentro de nuestra ciudad está disperso y es poco conocido; poco o nada se sabe de la obra de este “huésped distinguido”.

 

De acuerdo con información del Archivo Histórico Municipal, y en el libro “Las expresiones de la muerte” en León, de Rodolfo Herrera, el famosísimo grabador permanecería aquí hasta el año de 1888, debido a las amenazas que recibieron por parte de varios políticos, ya que sus publicaciones en el periódico “El Jicote” eran bastante crudas.

 

Durante su estancia fue testigo de varios acontecimientos importantes para la ciudad como la devastadora inundación de 1888 que ocasiono severos daños entre los cuales el maestro grabador, ilustrador y dibujante, pierde su taller y se queda sin imprenta para su trabajo, tras esta catástrofe que arrasó con casas y cobró varias vidas. La inundación fue recreada por Posada en una serie de grabados publicados en la prensa de la Ciudad de México.

 

Aquella tragedia –la peor en la historia de León- fue un parteaguas en la carrera de Posada. El artista ilustró con crudeza el desastre, con las viviendas derrumbadas por la fuerza del agua y los cuerpos hundidos en el lodazal; pero también dibujó la labor solidaria de reconstrucción y la velada organizada en el Teatro Doblado para reunir fondos para los damnificados.

Su primer trabajo durante su estancia en la capital del calzado fue una tarjeta de presentación para informar a los ciudadanos que José Guadalupe y Trinidad se encontraban en la ciudad. Con el regreso de Trinidad a León, Posada quedó al frente del taller y se casó con María de Jesús Vela el 20 de septiembre de 1875, para ese momento Posada se encontraba desarrollando lo mejor de su trabajo.

Dibujó a una amplia variedad de personajes guanajuatenses, entre ellos destacados empresarios como Jorge Heysser, filántropos como Liborio Fuentes, el torero leonés Rodolfo Gaona y hasta bandoleros como Valentín Mancera.

 

Después de algún tiempo ingresó como maestro a la Cátedra de Litografía de la Escuela de Instrucción Secundaria. Con el paso del tiempo se fue corriendo la voz de la calidad de su trabajo y ofreció sus servicios para cajetillas de cigarrillos, tarjetas de felicitación, invitaciones a actos cívicos, etcétera.

 

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