En este episodio del Tertulia Podcast, exploramos la fascinante historia del edificio que hoy alberga el Museo de las Identidades Leonesas, un espacio que no solo guarda exposiciones artísticas y culturales, sino que también resguarda una rica memoria histórica. Acompáñanos junto a Brenda Galván, coordinadora del museo, en un recorrido que desentraña los secretos de este lugar icónico en el corazón de León, Guanajuato.
En el podcast sabemos que el Museo de las Identidades Leonesas se encuentra en un edificio con una historia que se remonta a su uso como troje de la Hacienda Marmolejo . Su transformación comenzó en 1899, cuando el arquitecto Herculano Ramírez, conocido por su contribución al estilo neoclásico en León, diseñó su fachada de cantera rosa, terminada en 1902 . Este estilo, con su elegante simetría y características de columnas, se puede observar desde el exterior hasta los detalles arquitectónicos del patio principal.
Basado en investigaciones, sabemos que Herculano Ramírez también participó en la construcción de otros edificios emblemáticos de León, consolidando su influencia en la estética urbana del centro histórico.
El edificio funcionó como cárcel municipal por 84 años, y su diseño refleja su función original. En el podcast se detalla cómo en el patio principal se ubicaban las celdas individuales, cada una equipada con un “ojo de buey” para ventilación. Este espacio también albergaba una pequeña capilla para los internos, ubicada en el arco más elevado, un detalle que resalta la conexión entre la arquitectura y las necesidades de la época.
En la planta alta se encontraban los juzgados civiles y penales, mientras que áreas como la dirección, la comandancia y las visitas conyugales tenían su lugar en la distribución del edificio. Una curiosidad mencionada en el podcast es “el toro”, un elemento que funcionaba como campana para llamar a los internos a la hora de comer, un vestigio que se conserva como parte de la memoria del lugar.
El tiempo no se detuvo para este edificio. Después de su uso como cárcel, se transformó en oficinas públicas y, finalmente, en el Museo de las Identidades Leonesas. En el podcast conocemos cómo la historia del edificio sigue viva gracias a la exhibición de fotografías, videos y otros materiales que documentan su período carcelario.
Actualmente, el espacio alberga exposiciones temporales, como la sala Juan Nepomuceno Herrera, y conserva áreas de valor histórico, como la capilla, que en su momento pudo haber sido parte del Hospital San Cosme y San Damián o la Casa del Diezmo administrada por las Hermanas de la Caridad.
El recorrido por el edificio también nos permite entender su evolución arquitectónica. Por ejemplo, las columnas cuadradas en la planta baja contrastan con las columnas circulares en la planta alta, ambas reflejando el estilo neoclásico. En el patio número 2 , que durante el período carcelario sirvió como área recreativa para los internos, se encuentran las salas más antiguas, que incluyen una habitación con terminación cupular y vestigios de antiguos dormitorios comunales.
Hoy, el Museo de las Identidades Leonesas no solo es un espacio de exhibiciones, sino un lugar que invita a reflexionar sobre cómo los edificios pueden narrar historias de transformación y adaptación a lo largo del tiempo. Desde su origen como troje, pasando por su período carcelario, hasta convertirse en un museo, este edificio es testigo de la evolución cultural de León.